Aquella mañana

 


AQUELLA MAÑANA






Aquella mañana desperté feliz. Rayos de luz me asaltaron con el augurio de un nuevo y gran día. El desayuno tenía un sabor placentero y relajante. Sosiego interrumpido en la escalera por los vecinos del segundo, ese matrimonio que se pasaba el día discutiendo. Aunque aquella mañana los gemidos no eran parte de ninguna reyerta, sino de una situación sonrojante.

Aquella mañana, la calle me recibió alegre. El sol irradiaba esperanza, los pájaros revoloteaban en juguetonas parejas, la gente charlaba con joviales sonrisas mitigadas con el ardiente sello de un beso. 


Aquella mañana tropecé con él

Alto, pelo deshecho y una sonrisa que parecía vivir siempre puesta. Nos dimos de frente. Su expresión denotaba una disculpa, aunque escondida tímidamente. No dijimos nada. Solo nos mirábamos. Era raro. Muy raro. Incluso, a nuestro alrededor, el tiempo perdió su naturaleza: tráfico detenido, gente quieta, como congelada, varios pájaros asomando suspendidos en el aire... Mientras, nosotros seguíamos ausentes. 

—¿Nos conocemos? —dijo—. Creo que sí, pero lo siento como parte de una mañana muy lejana.

—Sí —contesté—, fue aquella mañana.

—¿Aquella qué?

De pronto un chasquido y el mundo que nos observaba volvió a la normalidad. Él pestañeó como saliendo de un largo letargo. Luego suspiró y dijo:

—¿No es extraño?

Yo me aproximé:

—Mucho.

Eso le hizo gracia.

—Vale, ¿y ahora qué hacemos?

Yo le cogí las manos, eran suaves, y dije:

—Podemos dejar pasar el momento, o podemos ir a almorzar y experimentar qué nos deparó aquella mañana.

9 comentarios:

  1. La mañana era propicia, sin duda, y esa pareja parece dispuesta a ponerse al día.
    Muy bien recogido el reto.
    Un abrazo.

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  2. Hola, Pepe, creo que el día soleado y tan felizmente hermoso, era una señal de ese segundo encuentro casual para no dejar pasar la oportunidad experimentar lo que les deparó aquella mañana, o mas bien, lo que le deparará esta mañana.
    Un micro hermoso, alegre y agradable al lector, con un suspenso algo misterioso (cuando dos almas gemelas se encuentran, el mundo se detiene por un instante) y con expectativas aparentemente deliciosas. Me gustó. Un abrazo.

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  3. Sí, hay mañanas a las que uno despierta al encuentro de un ser de otro tiempo. Bueno ir a almorzar para ir preparando otros tiempos con renovados encuentros. Me encanta y me admira siempre tu maravillosa capacidad de decir tanto en tan pocas palabras. Sabes decir cosas plenas, a veces rotundas, sólo con insinuarlas. Conmovedor. Un gran abrazo

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  4. Hola, Pepe.
    Amor a primera o segunda vista, según se mire, por si realmente hubo ese ayer, :)
    Un relato muy tierno. Acogedor y pleno de esperanza, qué será de ellos en el futuro, quién sabe, pero por ahora nos dejas al resto con una sonrisa ante esa expectativa.
    Un fuerte abrazo.

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  5. Hola, Pepe.
    Una historia romántica que a todos nos gustaría haber vivido alguna vez. Hay encuentros que parecen fortuitos, pero que no son casuales. Y estos encuentros tienen que aprovecharse cuando de ellos puede surgir algo bueno.
    Un abrazo.

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  6. ¡Hola! Un relato que describe muy bien el entorno y las emociones de los personajes con mucha simbología: una prometedora mañana como comienzo de un día feliz, un desayuno delicioso, el sol, los pájaros, sonrisas... y todo esto conecta con el mágico momento en el que se encuentran los personajes. Muy bien captada la esencia del microrreto.
    ¡Muchas gracias por participar! Un abrazo.

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  7. Qué bonito, Pepe. Un micro precioso, radiante como esa mañana que enmarca la historia, que deja en el aire una expectativa muy prometedora y una sensación muy agradable. Me ha gustado muchísimo.

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  8. ¡Hola, Pepe! Nos compartes un micro que desde luego invita al lector a imaginarse qué pudo suceder aquella mañana y esto es bien curioso. Al contrario que el resto de compañeros, y quizá ahí está la gracia, a mi me ha llevado a una historia un poco más oscuro y para nada romántica. Ese comienzo tan idílico se rompe con ese párrafo de una frase "Aquella mañana tropecé con él". Reconozco que adoro esta clase de párrafos y en este caso me ha llevado a pensar en, quizá, un encuentro no demasiado deseado, aunque el o la protagonista, proponga una reconciliación.
    Bueno, en mi retorcida mente, elucubro y me quedo en que aquella mañana pasó algo muy chungo y, quizá, pueda repetirse en ese almuerzo. Un fortísimo abrazo!!!

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  9. ¡Wow! Aquella mañana prometía… El sol, los pájaros, las joviales sonrisas de la gente. La pregunta del otro: ¿Aquella qué?, me ha congelado el ánimo. Espero que no le pase lo mismo al iluso protagonista.
    Un abrazo.

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