Cada día, a las seis en punto, un hombre se para en frente de casa de Ramiro Ramírez. Es alto, sobre cuarenta años y vestimenta elegante. Tiene la mirada amistosa, y no se va hasta que Ramiro sale de casa y se saludan. Puede que que trabaje por la zona o que por alguna razón, su día a día le obliga a quedar atorado justo hasta que Ramiro sale y le espanta. Aun así, lo peor no es la situación en sí, sino hacia dónde se dirige.
Y es que, llueva o haga sol, cada día, Ramiro siente la imperiosa necesidad asomarse por la puerta y saludar al extraño inquilino. Es como si su mundo se detuviera y con ese acto volviera a reactivarse. De hecho, se ha convertido en una obsesión que no le permite hacer otra cosa; no sale de casa, casi ni se relaciona, necesita tener esa hora libre, salir y deshacer ese surrealista entuerto. Y todo por una situación que podría arreglarse con una conversación.
Así que llega el día en que, harto, sale al encuentro y le dice que ya está bien la broma, que deje de hacer eso que hace, además, ¿por qué lo hace? El otro se sorprende, porque él no hace nada raro. Vive cerca, suele terminar a estas horas de trabajar y, esto lo dice bien extrañado, lleva años preguntándose por qué todos los días él, Ramiro, justo a las
seis, sale de su casa, le saluda y se adentra corriendo.
Imagen sacada de pinterest, si están sujetas a derechos que se me avise y la retiraré
Escalofriante. Quizás todos hacemos cosas inocentes que desesperan a otros.
ResponderEliminarRevisare mis hábitos y comenzare a cambiar algunos para evitar incomodar a algún Ramiro
Bueno, si empezaras a cambiar los hábitos es que te estarías volviendo loco, je, je.
EliminarUn abrazo y gracias por pasar!
Es San Roque y viene a reclamar el rabo de su perro. ¿No pensaras que nos hemos creído que se llama Ramíro de nombre de pila? Con la iglesia se ha topado...
ResponderEliminarSaludoss Pepe
Buenoooo... ahora veo que es un personaje recurrente en otros relatos
EliminarNo era Ramón Ramírez? El que le corta el rabo, digo, no? Sí, es recurrente, al pobre lo tengo en multifunciones, je, je.
EliminarUn abrazo y gracias por pasar
Hola Pepe. Un micro para hacernos pensar, pues el final puede dar lugar a varias interpretaciones. Deduzco que el pobre Ramiro está muerto y no lo sabe, y vive su existencia a medio camino entre la vida y la muerte obsesionado con esa presencia que cree fantasmal, cuando el espectro es él mismo. Claro que también podría ser al revés y que el fantasma fuese el otro, la historia tendría sentido de ambos modos y temo que has jugado con nosotros con esa doble interpretación. Espero estar en lo cierto. Muy buena apuesta para el reto. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, Jorge, que poder de deducción. Sí, es una historia superficial y surrealista que esconde un mensaje, y tú no vas mal encaminado, aunque que estuviera muerto no me lo había no planteado, pero ¿por qué no?
EliminarUn abrazo, Jorge, me encantan tus comentarios.
Hola, Pepe. Vaya pareja, seguro que ambos tienen alguna patología, aunque parece que la de Ramiro Ramírez es más acusada que la del extraño. Me ha gustado el equívoco. Con lo fácil que es preguntar. Por cierto, vengo observando que este individuo se va repitiendo en tus relatos. Tenemos una saga. Me da envidia poder tener un personaje bien definido. No está al alcance de cualquiera. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, saga saga, no creo, solo es que me gustó tanto el nombre como el personaje en La invasión, y me da lastimita despedirme, porque, como bien dices, sus excentricidades están una línea más allá, je, je.
EliminarMuchas gracias por pasar, Isan, y un abrazo!
A veces nos sorprendemos de lo zumbao que está el prójimo, pero es porque no nos hemos mirado a nosotros mismos en perspectiva.
ResponderEliminarEstá muy bien el micro.
Un abrazo.
Eso es, hay que saber quién es uno mismo antes fe juzgar al prójimo.
EliminarMuchas gracias por pasar.
Un abrazo!
Hola, Pepe. Ja, ja, ja , genial el micro. A veces ocurren estas cosas porque nos gusta estar mas pendientes de los demás que de nosotros mismos, y a así nos va. Muy bueno. Un abrazo, Crack.
ResponderEliminarEso es, miramos al de al lado para justificar lo que hacemos, hemos perdido perspectiva e iniciativa, o por lo menos algo de ella.
EliminarMuchas gracias por pasar, y por los piropos, no se merecen!
Un abrazo!
¡Qué bueno, Pepe! Una historia que puede no esconder nada o sugerir dobles interpretaciones, como dice Jorge. Un micro estupendo. Me ha encantado.
ResponderEliminarSí, una historia tonta y superficial o... Ja, ja, ja.
EliminarMuchas gracias por pasar, Marta.
Un abrazo!
Bueno, Pepe. No sé si es un fantasma, un personaje con TOC, o un par de enfermos mentales pero tu historia me ha encantado porque puede ser algo tan real y tan próximo que tal vez nos esté pasando sin darnos cuenta... ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarA mi me pasa todos los días, Maite, incluso con el tonto engreído que me saluda por las mañanas al otro lado del espejo, je, je.
EliminarUn abrazo y gracias por pasar!
Qué bueno Pepe. ¿Ves? Si es que a veces vemos fantasmas donde no los hay, jaja. Pero vamos, que creo que esto que describes lo hemos vivido nosotros o alguien cercano en alguna ocasión. Besos :D
ResponderEliminarSí, e incluso, muchas veces, esos fantasmas, cobran visa y cuerpo, ja😂 ufff me he dado miedo a mísmo, jajaj.
EliminarUn abrazo!
¡Qué grande eres, Pepe! Imagino a Ramiro Ramírez emparanoiado y a través de la desconfianza general de la sociedad hacia... lo que sea...¿el corte eléctrico... la pandemia mundial... el fin del mundo?
ResponderEliminarMuy bueno, colega.
Lo que viene siendo un conspiranoico, no? Jajaja, parece que ahora sobran argumentos para no ser uno de ellos.
EliminarMuchas gracias por pasar, Isabel, y un fuerte abrazo!
Hola Pepe, muy buen micro. Retratas un caso extraño donde ambos personajes creo tienen una insana necesidad del encuentro, quizás a nivel subconsciente. Claro, Ramiro se lleva las palmas. Muy buen aporte, saludos.
ResponderEliminarBuena lectura, Ana, y sí, los dos están como un cencerro, ja, ja.
EliminarUn abrazo!
Este cuento describe algo así como un juego de espejos en el que ambos personajes viven su vida pensando en que el otro es el reflejo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen juego, Francisco, un símil fantástico al relato. Lo tendré en cuenta para futuras historias.
EliminarUn abrazo y gracias por pasar!
Ja, ja. Qué divertido. Al final, todo había sido un malentendido. Ambos pensaban que el otro estaba loco.
ResponderEliminarBuen microrrelato. Un saludo.
La verdad es que sí, imaginarme a una persona saliendo, saludándote y regresando corriendo me hacía mucha gracia.
EliminarUn abrazo, Cynthia
Hola, Pepe, muy buen relato. Describes con precisión las dos perspectivas de una misma realidad que comparten dos vecinos cuyo único punto de unión es ese lugar y la hora señalada. Tan dispares las interpretaciones como diferentes son las vidas interiores de los personajes que la protagonizan. Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado, Carles. Y eso de las interpretaciones es un juego adictivo, je, je.
EliminarUn abrazo!
Hola, Pepe. Ahora caigo, esta es la leyenda que dio origen a la conocida canción de los payasos de la tv: Hola Don Pepito, hola Don José, pasó usted...
ResponderEliminarAhora que ya se han presentado seguro que van al bar juntos, les costó hacerse amigos pero tanto quedar cada tarde a las seis dio sus frutos. Saludos 🖐🏼
Mira JM, que yo soy Pepito y José a la vez, no me des ideas que mañana me planto ante el espejo para autoparodiarme, 🤣🖖.
EliminarMuchas gracias por pasar, JM.
Un abrazo!
¡Hola, Pepe! Magnífico relato, una leyenda urbana que nos pone sobre alerta en cuanto a confiar demasiado en nuestra propia percepción de la realidad y los equívocos que la misma puede provocar. Como en este caso, en el que dos tipos hacen exactamente lo mismo: pensar en lo loco que está el otro.
ResponderEliminarLa leyenda también recoge de alguna manera esa figura el doppelganger, esa especie de otro yo, que incluso se percibe con el propio nombre del personaje Ramiro Ramírez. Una brillante leyenda urbana que, además, se narra como se debe, con fluidez y naturalidad, como si alguien nos la estuviera contando al oído. Un abrazo!
Hola, David!
EliminarPues sí, todos tenemos varios yoes bregando por nuestra cabeza en esa eterna lucha por salir y hacerse con la personalidad. El problema es que vemos reflejada esa personalidad en el de al lado, y nuestros yoes sufren un desdoblamiento exponencial y proporcional a la cantidad de gente que nos rodea, y ahora con las redes sociales, la cosa se vuelve ilimitada. Conclusión, que perdemos el juicio, no cabe entre tanto desdoblamiento.
Muchas gracias por pasar. Un abrazo.
Por cierto he visto el comentario que le has dejado a Rosa sobre Máscaras. Menuda reflexión, me dejaste anonanado. Muchas gracias!
Son tal para cual. Me recuerda aquello de "dilo tú primero". Y nos dejas sin saber exactamente por qué actúan ambos de ese modo. El uno por el otro, la casa sin barrer. O quizá no hay dos, sino uno solo, quién sabe, je,je.
ResponderEliminarEstupendo relato, Pepe.
Un abrazo.
Jajaja, eso es lo mejor, doy vida a unas locuras y para que las terminéis vosotros, si no os volvéis más tarumbas que estos dos, aunque realidad siempre supera a ficción.
EliminarUn abrazo.
Por cierto, como le decía a David, he visto el comentario que le haa dejado a Rosa sobre Máscaras, muchas gracias por lo que a mí me toca. Con lectores tan agradecidos esto es mucho más que un lujo!
Uff, sentí un escalofrío... Un auténtico placer leerte. Saludos
ResponderEliminarPues lo siento y me alegra a partes iguales, 🤣.
EliminarUn abrazo!
"Li diu el mort al degollat...". ;)
ResponderEliminar"Qui ta fet eixe forat", 🖖😂.
EliminarMuchas gracias, Heleni, encantado de verte por aquí!
Hola, Pepe! Ay, esos 'malosentendidos', cómo pueden dar lugar a cualquier situación. Gran micro. Felicidades!
ResponderEliminarMuchas gracias, Mayte. Me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo!
Vaya situación curiosa y obsesiva, encontrarte todos los días a la misma hora a la misma persona.
ResponderEliminarMe gusta la tensión que se crea en el micro y el giro final.
Un saludo.
Pues me alegra eso que dices de la tensión. Muchas gracias por pasar y un abrazo!
EliminarEntronca con la tradición gótica-germana del Fetch o Doppelgänger, y yo, que estoy loco por esas tradiciones de lo inverosímil, no puedo por menos que estrecharte virtualmente la mano....¡Y Desearte Un Feliz Domingo!
ResponderEliminar¡ ¡ ¡ P o r t o v e n t o l e r a m e n t e ! ! !
Jajaja, muchas gracias por pasar y dejarme un comentario tan jocoso y sugerente. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo, portolventolero!
¡Hola, Pepe! A mí me ha resultado fascinante tu microrrelato, por haber explicado con tanta sencillez y naturalidad una situación tan perturbadora. Así pues, intentas dar respuesta a esa gran cuestión: ¿nuestro comportamiento depende de nuestro entorno, o es nuestro entorno el que evoluciona en función de cuál sea nuestro propio comportamiento? ¡Un abrazo!
ResponderEliminarPues esa pregunta se las trae, no sabría qué decirte y te lo digo todo, ja, ja.
EliminarMuchas gracias por pasar, Beri, me alegra mucho que te haya gustado.
Un abrazo!
Creo que lo que busca es hacer amistad. Paso y te sigo. Saludos
ResponderEliminarPues sé bienvenida.
EliminarUn abrazo!
Hola,Pepe. Hay que ver las situaciones surrealistas que se pueden dar en la vida por no entablar una conversación a tiempo. Me imagino la cara de los dos cuando descubrieran la verdad, tanto tiempo pensando, agobiados por una "persecución", que sólo tiene razón de ser en su calenturienta cabeza.
ResponderEliminarUn muy buen aporte. Felicidades.
Hola, Bruno, muchas gracias, compañero.
EliminarUn abrazo!
¡Hola Pepe!, primero enhorabuena por tu novela, y segundo, esta historia da qué pensar. Somos animales bípedos de costumbres, no meamos en el mismo sitio, pero sí hacemos cosas que repetimos por sistema. Esta historia es muy representativo de eso. Lazos estrechos entre vecinos sin venir a cuento. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Eme! Genial reflexión.
EliminarUn fuerte abrazo!
¡Hola Pepe!
ResponderEliminarQue buena leyenda te has gastado. Has plasmado ese decir de la gente que tiende a crear situaciones y comportamientos inadecuados o fuera de la aparente cordura.
Me imagino a Ramiro Ramirez saliendo de su casa en varias ocasiones y topándose con ese otro señor, que coincidencialmente pasa casi a la misma hora que tal vez Ramiro saca la basura y lo saluda. La vecina de al lado que tiene miedo a salir y se la pasa viendo la vida de los demás a través de la ventana y haciendo elucubraciones al respecto, cuchichea con otras por teléfono sobre lo que ha visto en varias ocasiones, cambiando el suceso a su manera y se va creando toda una leyenda alrededor de esos dos señores, ja, ja.
Otra manera de interpretarlo es que Ramiro recrea en ese señor su deseo de salir a trabajar elegantemente, de ser amistoso y mezclarse con la gente, lo admira y se ve retratado en el, se envalentona a diario y sale a saludarlo y pedirle consejo, pero su miedo lo hace regresar corriendo a su casa, donde se sabe seguro.
Y podrían surgir muchas interpretaciones más Pepe, me ha gustado irme por ese trayecto, como dices en tu micro, "lo peor no es la situación en sí, sino hacia dónde se dirige", en este caso, nos dirige, ja, ja.
Ya fuera de elucubraciones, me ha parecido un micro reflexivo el tuyo, dejándonos ver como somos de rutinarios y paranoicos a la vez, siendo repetitivos en nuestro actuar diario, no dejamos de ser presas fáciles de la paranoia y de los asaltantes también, ja, ja.
Cuerdos o locos, que más da, si al final cada uno vive en el mundo del otro, como si fuera su propio yo, y su propio mundo.
Me gustó mucho tu propuesta Pepe. Que lo pases genial.
Hola, Harolina.
EliminarVaya comentario tam sabroso me acabas de dejar. Si mi micro te ha dado que pensar tu comentario no se queda corto. Ese hábitat que te has inventado me ha encantado. Puede que la cosa sea tan extensa como todo lo que nos rodea, y tienes razón: da igual como vivamos, como nosotros mismos o como la parte nuestra reflejada en los otros.
Una abrazo!
JAJAJAJAJA De verdad, todo fue una coincidencia para ambos . Me reí al leerlo, muy curiosa y entretenida leyenda urbana como muchas que se entretejen con esos matices de humor negro. Abrazos virtuales.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar, Raquel, me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo
¡Ja, ja, ja! Que buen micro. Te has quedado conmigo. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe.
Jaja, me alegra, Pilar, de eso se trata.
EliminarUn abrazo!
Hola pepe, aquí quién es el que está más loco de los dos, el que llega de trabajar y pasa por su puerta o el dueño de la casa que sale a recibirle todos los días para quedarse tranquilo, jajaja. Muy buen relato me a gustado mucho saludos de flor.
ResponderEliminarMuchas gracias, Flor.
EliminarUn abrazo!
Hola Pepe
ResponderEliminarEstá claro que cada cual ve la vida a su manera.
Una idea ingeniosa de decirlo.
Un saludo
Muchas gracias, Paula.
EliminarUn abrazo!
Hola Pepe. esos dos son tal para cual, es una costumbre el estar pendiente de otro sin saber si realmente te importa lo que hace y esta visto que estos dos no pueden estar uno sin el otro.
ResponderEliminarGracioso micro
Um abrazo
Puri
Muchas gracias, Puri.
EliminarUn abrazo!
Genial micro, Pepe, adentrándome en la historia, me ha parecido ver a dos personas que sin saber, se necesitan "para algo" tal vez, lo que tiene una le falte a la otra y viceversa. También me dio la sensación de malentendidos, a veces pensamos por los demás sin tener que estar en lo cierto.
ResponderEliminarBueno, te diré que me ha encantado y he reído a gusto imaginando...
Gracias por tan ameno rato.
Un abrazo.
Muchas gracias, Mila.
EliminarMe alegra que te gustara.
Un abrazo.
iNTERESANTE COMO JUEGAN TUS LETRAS CUANDO ESCRIBES SALUDOS DESDE mIAMI
ResponderEliminarMuchas gracias, Mucha.
EliminarUn abrazo.
Hola Pepe , si que me llegan lo que pasa es que no puedo entrar todos los días
ResponderEliminaral blog , y tengo moderación de comentarios , pero siempre llegan como las navidades
ya sean en invierno aquí en España , como en américa en verano , jajajajajaj gracias por pasar y dejarme tú comentario , otra vez suerte y otro abrazo , saludos de flor.
Vale, Flor, jajaja. Reconozco que soy un poco inútil con esto de la informática.
EliminarUn abrazo!