AQUELLA MAÑANA
Aquella mañana desperté feliz. Rayos de luz me asaltaron con el augurio de un nuevo y gran día. El desayuno tenía un sabor placentero y relajante. Sosiego interrumpido en la escalera por los vecinos del segundo, ese matrimonio que se pasaba el día discutiendo. Aunque aquella mañana los gemidos no eran parte de ninguna reyerta, sino de una situación sonrojante.
Aquella mañana, la calle me recibió alegre. El sol irradiaba esperanza, los pájaros revoloteaban en juguetonas parejas, la gente charlaba con joviales sonrisas mitigadas con el ardiente sello de un beso.
Aquella mañana tropecé con él
Alto, pelo deshecho y una sonrisa que parecía vivir siempre puesta. Nos dimos de frente. Su expresión denotaba una disculpa, aunque escondida tímidamente. No dijimos nada. Solo nos mirábamos. Era raro. Muy raro. Incluso, a nuestro alrededor, el tiempo perdió su naturaleza: tráfico detenido, gente quieta, como congelada, varios pájaros asomando suspendidos en el aire... Mientras, nosotros seguíamos ausentes.
—¿Nos conocemos? —dijo—. Creo que sí, pero lo siento como parte de una mañana muy lejana.
—Sí —contesté—, fue aquella mañana.
—¿Aquella qué?
De pronto un chasquido y el mundo que nos observaba volvió a la normalidad. Él pestañeó como saliendo de un largo letargo. Luego suspiró y dijo:
—¿No es extraño?
Yo me aproximé:
—Mucho.
Eso le hizo gracia.
—Vale, ¿y ahora qué hacemos?
Yo le cogí las manos, eran suaves, y dije:
—Podemos dejar pasar el momento, o podemos ir a almorzar y experimentar qué nos deparó aquella mañana.
La mañana era propicia, sin duda, y esa pareja parece dispuesta a ponerse al día.
ResponderEliminarMuy bien recogido el reto.
Un abrazo.
Muchas gracias, Chema
EliminarUn abrazo
Hola, Pepe, creo que el día soleado y tan felizmente hermoso, era una señal de ese segundo encuentro casual para no dejar pasar la oportunidad experimentar lo que les deparó aquella mañana, o mas bien, lo que le deparará esta mañana.
ResponderEliminarUn micro hermoso, alegre y agradable al lector, con un suspenso algo misterioso (cuando dos almas gemelas se encuentran, el mundo se detiene por un instante) y con expectativas aparentemente deliciosas. Me gustó. Un abrazo.
Efectivamente, Harolina.
EliminarMuchas gracias y un fuerte abrazo
Sí, hay mañanas a las que uno despierta al encuentro de un ser de otro tiempo. Bueno ir a almorzar para ir preparando otros tiempos con renovados encuentros. Me encanta y me admira siempre tu maravillosa capacidad de decir tanto en tan pocas palabras. Sabes decir cosas plenas, a veces rotundas, sólo con insinuarlas. Conmovedor. Un gran abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana, me alegra mucho que te guste cómo escribo, así da gusto hacerlo.
EliminarUn abrazo
Hola, Pepe.
ResponderEliminarAmor a primera o segunda vista, según se mire, por si realmente hubo ese ayer, :)
Un relato muy tierno. Acogedor y pleno de esperanza, qué será de ellos en el futuro, quién sabe, pero por ahora nos dejas al resto con una sonrisa ante esa expectativa.
Un fuerte abrazo.
Buenisimo.
EliminarHola, Pepe.
ResponderEliminarUna historia romántica que a todos nos gustaría haber vivido alguna vez. Hay encuentros que parecen fortuitos, pero que no son casuales. Y estos encuentros tienen que aprovecharse cuando de ellos puede surgir algo bueno.
Un abrazo.
Eso es, Josep, hay cosas que hay que aprovechar, y si pasa puede que no vuelvan.
EliminarUn fuerte abrazo
¡Hola! Un relato que describe muy bien el entorno y las emociones de los personajes con mucha simbología: una prometedora mañana como comienzo de un día feliz, un desayuno delicioso, el sol, los pájaros, sonrisas... y todo esto conecta con el mágico momento en el que se encuentran los personajes. Muy bien captada la esencia del microrreto.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por participar! Un abrazo.
Muchas gracias, M.A.
EliminarUn abrazo
Qué bonito, Pepe. Un micro precioso, radiante como esa mañana que enmarca la historia, que deja en el aire una expectativa muy prometedora y una sensación muy agradable. Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta, me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo
¡Hola, Pepe! Nos compartes un micro que desde luego invita al lector a imaginarse qué pudo suceder aquella mañana y esto es bien curioso. Al contrario que el resto de compañeros, y quizá ahí está la gracia, a mi me ha llevado a una historia un poco más oscuro y para nada romántica. Ese comienzo tan idílico se rompe con ese párrafo de una frase "Aquella mañana tropecé con él". Reconozco que adoro esta clase de párrafos y en este caso me ha llevado a pensar en, quizá, un encuentro no demasiado deseado, aunque el o la protagonista, proponga una reconciliación.
ResponderEliminarBueno, en mi retorcida mente, elucubro y me quedo en que aquella mañana pasó algo muy chungo y, quizá, pueda repetirse en ese almuerzo. Un fortísimo abrazo!!!
Ja, ja, ja, pues David, no iba por esos derroteros, pero te aseguro que si alguna vez esta historia da un poco más de sí va a ir por ahí, menudo giro tan retorcido, amigo.
EliminarUn abrazo!
¡Wow! Aquella mañana prometía… El sol, los pájaros, las joviales sonrisas de la gente. La pregunta del otro: ¿Aquella qué?, me ha congelado el ánimo. Espero que no le pase lo mismo al iluso protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que pasa algo de ensueño, Pilar.
EliminarMuchas gracias por pasar y un fuerte abrazo
Hay mañanas para recordar toda la vida y parece que tus protagonista no la van olvidar nunca. Ese encuentro les anima a recordarla.
ResponderEliminarFantástico micro relato Pepe. Te felicito .Un abrazo
Puri
Espero que sí, Puri.
EliminarMuchas gracias por pasar y un abrazo
Me ha encantado tu relato, Pepe.
ResponderEliminarMientras lo estaba leyendo, me ha sorprendido lo diferente que es tu personaje protagonista de todos los personajes de los otros relatos que participan en el reto. El tuyo está contento, su entorno es de lo más agradable y positivo y ese encuentro con alguien que no sabemos quién es, pero con quien parece haber vivido otra mañana, es de lo más prometedor. Quizá aquella otra mañana fue igual de luminosa que ésta, o tal vez les resultó tormentosa. Pero lo importante es que tu protagonista está por celebrar el encuentro y alejar el desencuentro, por tender un puente, en lugar de esconderse tras una oscura muralla.
Un fuerte abrazo.
Sí, Estrella, este mes no me apetecía algo oscuro, quería algo más esperanzador, y algo así salió, jeje
EliminarMuchas gracias por pasar y un fuerte abrazo
Hola Pepe, reflejaste una atmósfera casi mágica, donde lo cotidiano se mezcla con lo inesperado y lo misterioso. Me gustó cómo se describe esa mañana tan llena de vida y detalles agradables, desde el desayuno hasta la interacción casual con los vecinos. Sin embargo, lo que más me ha impactado es el encuentro con ese hombre desconocido, donde el tiempo parece detenerse. La conexión instantánea y extraña que ambos sienten, como si ya se conocieran de otra vida o de una mañana lejana, añade un toque de enigma, e intriga. Me dejó una sensación de oscuridad y asombro. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gustara, Nuria, un fuerte abrazo
EliminarQuizá se ha originado una ocasión especial, de un modo casual, para tener una nueva oportunidad de retomar algo olvidado en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe
Muchas gracias, Francisco
EliminarUn abrazo
¡Hola Pepe! Una historia de amor con un toque fantástico que la hace muy entrañable. Me gusta como vas narrando la historia hasta llegar a ese encuentro y cómo se desarrolla el dialogo final entre los protagonistas.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Rocío.
EliminarUn abrazo
Es fenomenal! Ese lapsus, ese "viaje" al momento pasado que ya vivieron... y que han olvidado... Me hace pensar ¿y si todo ya lo hemos vivido pero no lo recordamos? ¿Y si vivimos múltiples vidas que se bifurcan?
ResponderEliminarAbre muchas preguntas sin respuesta tu micro, y el ambiente está genialmente descrito, envuelve a los personajes, es igual de importante que ellos, o más... Me ha encantado, qué bonita aportación...
Un abrazo bien grande:)
Eso es lo que intenté plantear, Maite, no un reencuentro cotidiano, sino algo que brota del primer encuentro, como si el simple hecho de verse fomentara unos recuerdos que no existen en su mundo, ¿en cuál? Bueno, ahí cada uno que imagine lo que quiera, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por pasar.
Hola Pepe. Todo el ambiente que has ido creando en ese día luminoso conduce a ese reencuentro. Incluso el retozar de la pareja del segundo ya augura alguna cosa. Ahora bien, o el encuentro inicial sucedió hace mucho mucho tiempo, o como debían estar esos dos aquella mañana para que ambos tuviesen recuerdos vagos del encuentro. Un final abierto que pediría una continuación. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Pepe, un relato muy bueno, lleno de buena vibra. Me gusta mucho cómo has narrado ese encuentro, cómo todo a su alrededor parece pausarse. El amor se pasea en tu relato como un perfume. Me ha encantado y solo puedo imaginar lo que pasó después. Un encuentro de esos inolvidables. Saludos.
ResponderEliminarQuizás esté señalando lo obvio, pero creo que se despertó feliz porque sabía que esa mañana era la distinta, era aquella mañana deseada o ya vivida. Va un abrazo, Pepe.
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