Pàgines

Llámale X





Vivo en un piso pequeñito, llámale x, de unos doscientos ochenta caracteres. Soy pobre y no puedo pagarme la ampliación. Aun así, no estoy mal, aunque antes vivía mejor. No me refiero a cuando estaba con mis padres, con esos mensajes simples, sus zumbidos y los primeros emoticonos, sino al del veinte, o “twenty”.

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Sin embargo, ese bloque de edificios se vino abajo y tuve que mudarme a la nueva sensación emergente de momento: la de la cara de libro. Eso sí que era una pasada. Convivía con muchos vecinos, y la novedad de la edificación daba algo que casi se ha perdido: el respeto mutuo.

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Pero me echaron.

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No sé por qué.

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El administrador de la finca me dijo que era algo relacionado con mi obsceno comportamiento. ¡Si yo no hice nada! Pero daba igual. Ya estaba afuera, y fichado para no poder volver de ningún modo. Un auténtico asco.

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Además, me han dicho que se ha asociado con el bloque de las fotos, y que este tiene un submundo alternativo, lleno de trapos, que es muy parecido al que resido, pero mejor.

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Siempre es mejor.

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Por lo menos no vivo en ese de los vídeos, creo que tanta actividad me saturaría. Así que no me puedo quejar, aunque haya tenido que tirar del hilo para contaros todo esto, cosa que no sé por qué he hecho; mis vecinos no me suelen hacer mucho caso.

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En fin, seguidme si queréis saber más. Se agradecen “likes” y lo otro.



La verdad es que no soy muy de perderme por las redes sociales. Puede que al vivir en un pueblo pequeño, el internet que llegaba era muy costoso y lento. Ya en la universidad me adentré en ese mundo de lleno, sobre todo en la red social que había en aquel entonces: el Messenger. Pero cuando volvía a casa me quedaba en esa inopia internauta. Y es que en aquella época me pareció algo increíble; poder hablar con cualquiera estuviera donde estuviera y sin pagar costos extra. Y por eso creo que esto de las redes sociales tiene un potencial impresionante, pero para ello hay que dedicarle muchas horas, y eso conlleva la parte negativa del asunto: la dependencia. Sin embargo, tales aspectos proporcionan a este tema que ha planteado Merche un inmenso valor y una manera de salir del bloqueo y de jugar con la imaginación casi sin límites. De hecho, ya había experimentado con él en el pasado (La red fantasma), aunque el texto es un poco largo para el reto que plantea El Tintero de oro, pero ahí lo dejo por si alguien quiere leerlo. Es un poco más oscuro que este.


¡Un fuerte abrazo a todos y gracias por pasar!



17 comentarios:

  1. Hola, Pepe, buenísimo y con el emoticón de la madeja de hilo en cada párrafo como si estuvieras escribiendo en Twitter, perdón X. Y muy bueno lo del piso pequeñito de 280 caracteres, jajaja, como si fueras una palabra de las redes sociales. Perfecto para el reto.
    Muchas gracias por tu hilo - madeja - microrrelato.
    Un abrazo. :)

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  2. Curiosa e interesante la forma en que has tratado este tema un tanto espinoso, je, je.
    Un abrazo.

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  3. Estupendo relato, Pepe. Admiro tu habilidad con las analogías al relacionar las distintas redes con las comunidades de vecinos. Simplemente brillante.
    Un fuerte abrazo.

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  4. Muy ingeniosa e interesante tu aportación, Pepe.
    Un abrazo.

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  5. Por algo eres uno de mis favoritos! La originalidad con la que escribes, sumada a su sencillez ( que nunca es simple) me conmueven. Un gran abrazo

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  6. Mi ineptitud con las redes me ha hecho perderme gran parte de las referencias que adivino. De todos modos el mensaje psrece: evolucionar o morir. Y a veces incluso evolucionando...
    Abrazoo, Pepe

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  7. Hola, Pepe. Ya no recordaba que Twenty fue anterior a Facebook. Mi primera red fue ésta última, y tarde en conectarme a ella. Nostalgia. Estupendo relato. Un abrazo!

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  8. Hola Pepe, tu relato es muy original, la forma de recorrer las redes muy buena, twenty no llegue a conocerla.

    Un abrazo!

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  9. Hola, Pepe. Pues me ha gustado mucho el recorrido de tun relato.
    Un abrazo

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  10. ¡Hizo mis delicias esta prosopopeya elaborada con tanto ingenio como humor y buen oficio! Además leí también "La Red fantasma" y se agradece que la hayas conectado. No puedo más que descubrir mi chistera, amigo.

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  11. Genial, Pepe. Un recorrido originalísimo por todas esas redes que nos atrapan y en las que, como tu protagonista, casi nos quedamos a vivir. Muy, muy bueno.

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  12. Hola, Pepe.
    Yo tampoco soy lo que se dice una entendida en redes, las nuevas generaciones hacen maravillas con ellas, las nuestras, pues lo que podemos, ja, ja, ja.
    Un abrazo.

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  13. Hola Pepe. Un repaso por las principales redes, desde el comienzo de los tiempos, convertidas en bloques de viviendas con vecinos de los más variopinto. Cotilleos, buenos y malos rollos, personajes de toda clase y condición, nada que no exista en el mundo real, pero atrapado en la virtualidad de ese mundo etéreo de las redes. Un abrazo.

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  14. Hola Pepe muy bien hilado la verdad es que si tuviéramos que vivir en las redes sociales seria bastante caotico. Un abrazo.

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  15. ¡Hola Pepe! Muy original tu relato, repasando cada una de las redes que absorben nuestra atención cada día.
    Un saludo.

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  16. hay redes en la que un 'Ji'.... se contestaba con una andanada de 'jas'

    quizas esa era la magia, estar limitado a cierto numero de caracteres.

    lo cual obligaba a usar una neo-lengua en la que todo iba cortado o simbolizado como el XXX para decir "besos" o el LOL (risas).... o GM (good morning).

    en fin era un mundo de siglas absurdas.

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  17. Hola Pepe, muy original e ingenioso relato, la analogía con la comunidad de vecinos y la manera de contarnos la evolución de las redes me gustó mucho. Un abrazo

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