Los alaridos de mi móvil interrumpen
la calma de mi casa como una tormenta imprevista. Miro quién llama.
Número oculto. Normalmente no respondería, sin embargo, algo en el
timbre clama por una respuesta.
—¿Sí? —contesto.
—¿Me quieres? —dice una voz que
no adivino, pero que me suena de una manera especial, como si
estuviera obligado reconocer.
—¿Perdón?
—Sabes perfectamente qué he
preguntado.
—¿Pero quién eres?
—¿En serio? —en su tono se
adivina ironía mezclada con reproche—. ¿Después de los
amaneceres?, ¿de las inocentes caricias debajo de mi falda?, ¿de tu
habilidad para detener la rotación del planeta en el punto más
fogoso de un atardecer sonrojado por nuestros quehaceres...? ¿En
serio preguntas quién soy?
Enmudezco, pero porque de pronto
aparece mi novia por la puerta del salón.
—¿Quién te llama? —pregunta.
Noto mis vergüenzas perlándome la
espalda, aparto el móvil y susurro:
—Nadie, una comercial de telefonía.
Oigo una sonora carcajada al otro
lado del teléfono. Mi novia permanece delante intentando cazar mi
mirada
—¡No me creo que hayas dicho eso!
—ríe la falsa comercial. La verdad es que es una mentira bastante
ridícula, pero mejor eso que tratar de desmentir un posible desliz—.
¡Estáis peor de lo que pensaba! ¿Se lo ha tragado? Aunque
pensándolo bien, es una buena treta; una empresa de telefonía es lo
que necesita una relación sin comunicación; escudar los
sentimientos detrás de esta madriguera de llamadas y mensajitos es
ya un cliché conyugal...
—¡Discúlpeme! —corto fingiendo
un tono neutro—. ¿En qué puedo ayudarla?
Ella vuelve a reír. Mi novia frunce
el ceño.
—Ya sabes... —dice—, ¿me
quieres?
—Esto... no tengo tiempo.
—¿Tiempo? Solo di «sí» o «no».
Intento voltearme, o mejor dicho,
intento apartar la imagen de mi novia, pero por mucho que gire ella rota
con mi campo de fijación.
—¿Podría llamar luego? —insisto.
—¿Crees que esta respuesta puede
posponerse?
Asiento, como si mi interlocutora
pudiera verme, aunque la que lo hace es otra.
—Escuche... —miro a mi novia a los
ojos—, ahora no puedo contestarle.
Nuevas risas.
—¡Vale! ¿cuándo podrás?
—Pues... —atisbo el reloj de
pared, las cuatro—, ¿a las seis?
La llamada se corta.
—¿Qué quería? —comenta entonces
mi novia, como si supiera que todo es una pantomima.
—Ya sabes —titubeo—vender...
Intento zafarme de ella.
—¿Pero quieres cambiar de compañía?
—corta mi paso.
—No.
—¿Por qué no se lo has dicho?
—Bueno... estos comerciales no
aceptan un no.
—¿Y postergar esa negativa es
mejor?
— Al final, dándoles largas, se
rinden.
—Ya...
—¡Pues sí...! —bufo nervioso,
con la esperanza de que la cadena de banalidades esté llegado al
punto muerto que preceda un silencio con suficiente incomodidad.
Entonces baja la mirada. Aprovecho
para bordearla y sentarme al sofá. Ella me sigue y se sienta, pero
dejando una distancia bien marcada. Después saca la fundita en forma
de conejito blanco donde guarda su móvil y comienza a trastearlo.
Odio estos aparejos. Es increíble hasta dónde ha llegado un
teléfono. Se ha convertido en una extensión de nuestro yo, el alter
ego de una realidad de falsas maravillas con madriguera virtual por
donde adentrarse incluida.
El reloj de pared marca las seis menos
cinco. Seré estúpido. He estado divagando entre pajas mentales en
vez de idear una manera de librarme de la falsa comercial. Miro al
lado. Mi novia no está. Eso me relaja, aunque mejor cerciorarme de
su paradero para cuando reciba la llamada.
Recorro la casa, pero es como si
hubiera desaparecido. Voy a la cocina y abro una cerveza. En el reloj
del horno son casi las seis y media. Eso me reconforta. Puede que la
susodicha acosadora haya desistido. Finalmente todo ha sido un mal
trago que intentaré pasar a golpe de birra. Sin embargo, la ausencia
de mi pareja me descuadra. Cojo el móvil. Tengo una llamada perdida,
justo a las seis en punto, aunque esta vez es de mi novia.
Quizá debería llamarla, o quizá
debería terminar la cerveza y coger otra. Entonces suena el
teléfono. Es mi novia.
—Dime...
—¿Sabes ya la respuesta? —contesta
la voz de la falsa comercial.
—¿Qué?, ¿cómo es que me llamas
desde este móvil? ¿Lo has robado?
—He pensado que llamándote con
número oculto podrías no contestar, así que he mostrado mi
número.
—¡Claro! —empiezo a entender, o
eso creo—. Estás con ella... —Las dos han estado jugando
conmigo.
Salgo de la cocina furioso. Ella
vuelve a carcajearse. Eso me enfurece más, pero de pronto, entro al
salón y me encuentro a mi novia con su móvil en el sofá como si
nunca se hubiera ido.
—¿Qué ocurre aquí? —bramo
entonces. Mi novia da un respingo y se levanta.
—No lo entiendes, ¿verdad? —la
falsa comercial ríe con un deje amargo.
—¿Qué?
—No me tocas, no quieres hablar
conmigo... —su voz se convierte en un quejido lastimoso—, antes
era la reina de tu corazón..., ahora quieres deshacerte de mí,
cortarme la cabeza... ¡Ni siquiera me estás mirando!
«¿Cómo?», pienso oteando el
móvil.
Levanto la vista. La desorientada
sensación de estar intercalado entre dos mundos empapa mi
raciocinio. Miro a Ali, mi novia, tiene los ojos hinchados sobre unas
ojeras reblandecidas por un llanto perenne. Una imagen tan lastimosa
como la voz del otro lado telefónico, de hecho me asalta la certeza
de que imagen y voz son parte de la misma cosa unidas por esa
madriguera virtual de la que no deja de brotar un envolvente y
difónico murmullo:
—¿Me quieres?
Esto sí que es magia de la buena, je,je. Algún día, que espero sea muy lejano, estos aparatos que empezaron siendo un simple teléfono inalámbrico, se convertirá en nuestro alter ego o, peor aun, en una extensión de nuestra alma, de nuestra conciencia.
ResponderEliminarA mí me ocurre esto y corto de inmediato, en lugar de posponer la llamada, pero, por lo menos, ha serivdo para hacer aflorar los problemas de pareja.
Como siempre, dominas los diálogos a la perfección, haciendo que la narración fluya con total normalidad.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo, Pepe, y suerte en el Tintero.
Pues Josep, hay una serie que se llama Black Mirror, buenísima, donde lo que tú dices va más allá, te la recomiendo.
EliminarMuchas gracias por pasar, me alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
¡Qué buena historia, Pepe! Una trama muy bien construida y una narración muy ágil y sorprendente. Felicidades y mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta. Lo que importa es que hayas pasado un rato agradable.
EliminarSuerte a ti también y un abrazo.
¡¡¡Apirolante, amigo Pepe, tu relato me ha encantado!!! Qué manera tan elegante de entremezclar el mundo real con pinceladas aquí y allá del maravilloso mundo de Alicia hasta componer una obra magnífica, redonda, sin fisuras... No me queda más que felicitarte, ¡mi más sincera enhorabuena!
ResponderEliminarTe deseo para esta edición de El Tintero la suerte que no creo que necesites.
Un fuerte abrazo, compañero, y gracias por compartir esta delicia de texto.
Hola, Patxi, nunca había oído eso de apilorante, pero creo que puedo adivinar su significado, je, je.
EliminarNo sabes lo que me alegran tus palabras, como le he dicho a Marta, lo más importante es que disfrutes con la lectura, y si lo conseguí me doy por satisfechísimo.
Un abrazo y mucha suerte para ti, compañero.
¡Qué buen relato!
ResponderEliminarEse diálogo a tres bandas rezuma autenticidad. La incomodidad se palpa. La distancia queda bien marcada en el sofá y el lector sabe que no es por la Covid-19. Me maravilla cómo logras, con tan pocas palabras, situarnos en el contexto de la trama.
La temática tan actual le hace diferente a todos los textos que he ido leyendo hasta el momento. Se agradece. Llegar a utilizar el móvil como la madriguera de las falsas maravillas, aparte de enlazarlo con el reto, me parece de una originalidad bestial.
Unas anotaciones, no creo que te molesten:
En pero por mucho gire ella rota con mi campo de fijación
¿No sería: por mucho que gire?
por donde adentrarse incluida ¿Está de sobra la palabra incluida?
¡Ni si quiera me estás mirando! siquiera
El término difónico no lo conozco, aunque se entiende en el contexto como una disfonía.
Un relato merecedor de podio, al menos yo así lo veo.
Te deseo toda la suerte en El tintero, Pepe.
María Pilar, tus amables palabras me han sacado los colores. No sabes cómo te las agradezco. Me alegra que te gustara y que destacaras la conversación a tres porque no estaba seguro si se entiende o se queda lioso.
EliminarEn cuanto a las correcciones, gracias, gracias y muchísimas gracias. Siempre me pasa que por más que repase algo se me escapa, XD.
Un fuerte abrazo y mucha suerte también.
Por cierto, que se me olvidaba, lo de difónico viene del canto difónico o canto de armónicos, una técnica de garganta en la que se consigue producir dos tonos a la vez, como si fueran dos voces juntas.
EliminarGracias, Pepe. Sabes eso de no te acostarás sin saber algo más; pues hoy te lo debo a ti.
EliminarUn saludo.
Lo bueno del tintero es que cada día aprendemos varias cosas, XD.
EliminarUn abrazo.
Muy buen relato, Pepe. Esa madriguera moderna que es el móvil, entrada a un mundo de fantasía, irrealidad y falsedad, me ha calado hondo. En uno de tus comentarios haces referencia a Black Mirror, serie que sigo con entusiasmo, y en ella veo la fuente de la que bebe tu relato, a la que rindes homenaje con maestría. Y los diálogos geniales. Somos unos enamorados de los diálogos, y no podemos evitar trabajarlos en nuestros relatos, cosa que te agradezco.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, compañero.
¡Bruno! Pues sí, a mí me impactó esa serie, aunque la idea que germinó me vino por otra vía, aunque seguro me vi influenciado. Muchas gracias por lo de los diálogos, viniendo de ti tiene un cariz muy especial.
EliminarUn abrazo, compañero.
He pasado de la sorpresa a creer por un instante fugaz que la novia era quien estaba llamándole, para descartarlo de inmediato. Y después me vuelves a sorprender de nuevo con ese giro magistral. Me encanta leerte, Pepe.
ResponderEliminarY muy buena la metáfora de la madriguera y el móvil. Hilas todo perfectamente con la propuesta de David, pero a la vez te desmarcas con un enfoque muy original. ¡Suerte en El Tintero!
Un abrazo.
#devuelvocomentarios
No sabes lo que me alegra tu comentario, Rebeca. He tratado de jugar con el despiste durante todo el relato, claro que con los mundos paralelos siempre es fácil sorprender.
EliminarMuchas gracias por pasar y un abrazo.
Un trabajo meticuloso, para que todas las teselas formen el mosaico que se pretende. Gracias
ResponderEliminarGracias a ti, Barry por esa descripción tan satisfactoria. Me alegra que te gustara. Un abrazo.
EliminarBuen relato. Se está vendiendo caro El Tintero, sé señor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Chema, pues cuanto más caros más divertido, je, je.
EliminarMuchas gracias por pasar. Un abrazo.
¡Hola, Pepe!
ResponderEliminarPartiendo de un título muy simbólico que relaciona y compara la madriguera de Alicia con la de las "redes sociales" de Internet, te has volcado en crear un estupendo relato donde esa falta de comunicación de la pareja real queda bien reflejada en ese "juego" de mundos paralelos, donde el protagonista se deja llevar por esa magia o autoengaño de las redes de "las falsas maravillas" y que nos recreas a través de una irrealidad dialogada donde la falsedad y deterioro de la relación va in crescendo... Hasta que en el giro final, la acción muestra la cruda realidad.
Una idea muy original, que has desarrollado brillantemente y que sin duda alguna llegará fácilmente al pódium. ¡Felicidades!
Un fuerte abrazo.
¡Estrella! Tus visitas siempre son una fuente de ánimos. Uno se siente más creativo de lo que en realidad es. Me alegra que resaltes lo de la falta de comunicación, ese fue el germen del relato. Y es que a veces nos es más fácil decir lo que pensamos por whatsap que cara a cara.
EliminarLo del podium, pues no te negaré que me haría mucha ilusión, pero los comentarios recibidos ya es suficiente gratificación.
Un fortísimo abrazo.
Hola Pepe! Muy bueno tu relato, me ha encantado. Leyendo tu cuento he tenido la sensación de hallarme frente a una de las historias de la serie televisiva clásica de "la dimensión desconocida", pero en versión 2.0; ya que se accede a esa realidad paralela a través de la madriguera de la moderna telefonía. Muy buen trabajo, compañero. Felicidades y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQué buena era esa serir, Beri. Era una fuente inmensa de imaginación, no habían dos capítulos iguales.
EliminarMe alegra mucho que te gustara. Un fuerte abrazo.
Me ha gustado mucho tu escrito, creo que es muy buena esa reflexión que haces.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rocío. Nos estamos dejando ir por las redes sociales, y a veces olvidamos quién somos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Pepe. El nombre de la novia, Alicia, explica la extraña aventura que vive el protagonista. Muy original la idea de ese móvil como madriguera donde cualquier cosa puede suceder por absurda que parezca, como que tu novia se desdoble y te sientas atrapado en dos realidades paralelas. Has logrado una muy inspirada versión moderna del clásico de Carroll. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Paco, muchísimas gracias por tus palabras y buen análisis. Me alegra que te gustara. Un abrazo.
EliminarHola, Pepe. Muy original tu relato! No podía dejar de imaginar a ese pobre tipo atrapado entre esas dos versiones de la novia. Para reír y para reflexionar!
ResponderEliminarUn abrazo
Pues me alegra que lo pudieras visualizar, la verdad es que es una situación bastante comprimetida, je, je. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarHola Pepe, ya solo el título de “Una madriguera de falsas maravillas” promete mucho, no solo veo el movil como un amadriguera, la propia casa y hasta la relación, es una cárcel de falsas maravillas.
ResponderEliminarMe ha encantado lo de “inocentes” caricias debajo de la falda.
Muy gráfica la escena de la novia rotando por su campo de fijación (la vi dando vueltas procurando cazar la expresión del novio pillado)
Muy bueno el rosario de reproches de la novia con el “corazón partío”
Las vinculaciones con Alicia vienen a cuento
Y la verdadera historia es la que subyace bajo la alegoría, la que da título al cuento.
Es un ejercicio brillante, Pepe. Te felicito.
¡Isabel!, buena visión del relato. La madriguera es coprotagonista junto con las desventuras de la pobre Alicia. Muy buen análisis, me alegra que te gustara, me pasa con tus comentarios que después de leerlos me creo que sé más de lo que en realidad sé. Muchas gracias por tu visita y minuciosa lectura.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarHola Pepe
Tu relato es una lectura entretenida y fluida, con la frenética sucesión de eventos y el rol que interpretan sus personajes. Tienes una gran imaginación, mira que usar como madriguera las redes sociales, eso fue KO!! es merecedor de premio.
Un abrazo y mucha suerte en el Tintero de Oro.
Muchas gracias, Yessy, por unas palabras tan bonitas. La verdad es que cada vez estoy más harto de las redes sociales, y eso que solo tengo una y entro solo a coger uvas. Creo que eso motivó el relato, je, je.
EliminarUn abrazo y mucha suerte para ti también.
Hola, Pepe.
ResponderEliminarHas manejado la trama con habilidad para crear interés primero y luego jugar al despiste con el lector hasta donde has querido. Con un teléfono y unos diálogos que lo dicen casi todo has construido un magnífico relato intrigante y turbador por cuanto desde el principio nos identificamos con el personaje.
Este relato apunta alto. Suerte.
Me alegra que resaltes lo del despiste. Es sobre lo que se mueve gran parte de la trama, de su éxito depende que el giro final sea un giro o una trastavilla. Por eso me alegra tu minicioso comentario que denota una lectura profunda y analítica. (Y sí te soy sincero, tu relato me ayudó a reondear aún más el mío)
EliminarMuchas gracias por pasar y un abrazo.
Hola Pepe
ResponderEliminarInteresante proposición, amigo!
Una locura "telefónica". Un diálogo que vuelve tan loco al lector como al protagonista. Y esa novia que gira con él para no perderse expresiones...
Enhorabuena y abrazos.
¿Qué tal, Paola? Qué lástima que no te hayas traído a tu gusano y amigo, je, je. Me alegra mucho que te gustara. Muchas gracias por pasar y mucha suerte también.
EliminarUn abrazo.
Pepe has escrito este cuento de la realidad de hoy, el teléfono y las redes sociales juegan a veces malas pasadas. Siempre picas alto. Un abrazo.
ResponderEliminarPues sí, Mamen, no era mi principal propósito pero al final me cebé con las redes, je, je. Muchas gracias por pasar y comentar.
EliminarSuerte y un abrazo.
Sí Pepe, los móviles, la propia casa y las redes sociales son nuestras modernas madrigueras donde todo puede ocurrir y hacernos caer en diversas trampas. Eres un genio en el manejo de los diálogos. Un estupendo y muy ágil relato. Felicitaciones y muchos tinteros. Abrazo
ResponderEliminarPues, hay dos compañeras del Tintero que una vez me dijeron que era el Rey de los diálogos. Eso me hizo mucha gracia XD. No soy ni el Rey de los diálogos ni un genio, lo único es que me siento muy cómodo con ellos, juego y disfruto, y aunque abuso mucho de ellos, es la mejor manera de sacar al mundo las voces de mi cabeza, je, je.
EliminarMuchas gracias, Juana, comentarios como el tuyo me realzan la autoestima que da gusto.
Mucha suerte y otro abrazo.
Saludos Pepe.
ResponderEliminarLa trama es actual construida a través de diálogos en franca oposición al problema entre la pareja. Es una excelente crítica a las redes sociales donde es muy común falsificar historias o de esas paginas web que ofrecen maravillas inventadas. A lo largo del desarrollo no logro identificar si tu personaje sabe quién llama, quiero creer que sí porque de lo contrario se complica la vida demasiado. Un abrazo.
Hola, Alfredo.
EliminarLa verdad es que tu comentario me ha dado mucho en qué pensar, y eso me encanta. Me refiero a tu duda. El texto está construido con un narrador en presente y en primera persona que además es protagonista. Lo que el siente y piensa se lo transmite al lector que, como él, está viviendo la historia tal cual él la vive y concibe, a no ser, claro está, que algo de la narración esté mal, en ese caso, ya nos metemos en otra historia. Sin embargo, en este relato me propuse dejar el final a medio masticar y que fuera el lector el que terminada de desmenuzar. Pero me ha parecido algo tremendamente difícil, porque no pude visualizar el relato desde una perspectiva ajena para que la conclusión no quedara con un grado de ambigüedad por encima de la coherencia y viceversa. En cualquier caso muy agradecido por tu comentario, con reflexiones como la tuya es con las que no dejamos de crecer.
Un abrazo y suerte.
Holaa!! tu relato me ha atrapado y me ha encantado, la forma en que lo expresas todo me ha cautivado, me encantaría seguir leyéndote así que me quedo por aquí, espero que también puedas darte una vuelta por mi blog.
ResponderEliminarBlessings!!
Hola, pues encantado de conocerte y de que te haya gustado. Ya me voy a verte en tu blog.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Hola Pepe, como no estos desbordants diálogos que te enganchan desde el comienzo. Primero Alicia, luego su funda de conejito blanco, las madrigueras respectivas de uno y otro, la duplicidad misteriosa y ese propósito final, una escena a ritmo de desconcierto de un personaje que te engancha, que te lleva de su brazo. Artista!!! un abrazo
ResponderEliminar¡Eme! ¿Qué hay? Me alegra mucho que te gustara, sobre todo que resaltes lo del conejito blanco, es lo que más me gusta del relato. Muchas gracias por tu visita y por tus palabras, que tú me llames artista es un piropo sin parangón.
EliminarUn abrazo y suerte.
Hola Pepe, esas llamadas de números desconocidos son un instrumento muy acertado para elaborar historias rocambolescas como esta tuya. Tus personajes pasan por ser una pareja normal pero esconden algo que a través de la lectura de tu relato vamos descubriendo.
ResponderEliminarMe pareció una idea diferente y muy buena.
Un abrazo
Puri
Hola, Puri. Los móviles son un cúmulo de recursos y la cosa va a más. Últimamente están tan metidos en la sociedad que libros y películas no pueden pasar sin ellos, pero, ¿será algo pasagero o algo que se quedará bien arraigado? No sé, pero la segunda opción parece más aterradora.
EliminarUn abrazo y suerte.
Hola Pepe muy original tu relato y con un toque de humor, fantasía y realidad. Me gustó mucho el tema propuesto. Saludos cordiales desde Venezuela.
ResponderEliminarHola, Raquel, muchas gracias. Espero que estéis bien allá.
EliminarUn abrazo.
Muy buen relato Pepe, vaya submundo que te has creado tomando como base una simple llamada. un desdoblamiento de personalidades en el propio salón con la gran madriguera que nos proporcionan las redes sociales y el wasap. Estas mujeres no saben lo que hacer para pillarnos en un renuncio. Je,je
ResponderEliminarMi enhorabuena. un abrazo.
Muchas gracias, Francisco, los móviles, que los carga el diablo, y sí, las mujeres siempre poniéndonos trampas y nosotros cayendo en todas ja, ja.
EliminarUn abrazo.
Hola Pepe. Comentabas en mi relato que opté por una temática diferente a la mayoría en esta edición, y tu no has hecho menos, originalidad en tu propuesta no falta desde luego. Y es que hay que tener mucha imaginación para llevar un relato de fantasía a esa distopía tecnológica que constituye la base de tu relato. Observo por lo que te he leído que te gusta trabajar los diálogos, un elemento difícil en cualquier cuento, y se te nota tablas en ello pues los resuelves perfectamente. El relato consigue generar tensión narrativa como para que queramos saber más, hasta llevarnos al desenlace final. Gran propuesta para esta edición, a tener muy en cuenta en las valoraciones finales. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge, me alegra que te haya gustado. Que un escritor alabe tanto mi supuesta imaginación es muy gratificante. Me encantan los relatos o historias de estas raras, donde se mezclan mundos y el prota se vuelve un poco loco, je, je, y me alegra haber podido plasmar lo que pretendía.
EliminarUn abrazo.
Hola Pepe. Decir que me ha encantado, es poco. Nos mantienes en vilo todo el relato observando la triada del protagonista, su novia y la voz del telefono. Creemos inocentemente en una amante, pero la fantasía se revela y nos perturba. La voz que se quiebra a través del telefono va unida a la imagen de la novia de "ojeras reblandecidas por el llanto" en una conjunción que solo puede darse en un universo a lo Black Mirror, como te han dicho más arriba.
ResponderEliminarMe encanta la idea en sí y muy acertado tomar las impresiones que va teniendo el protagonista como eje principal el el que nos reflejamos los lectores.
Un abrazo compañero
Me encantó Black Mirror, y hacer algo que te haya recordado la trama de esa fantástica serie me llena de orgullo. Muchas gracias por tu generoso comentario, venido de ti cobra una dimensión bastante alta.
EliminarUn abrazo.
Hola, Pepe. Genial, absolutamente genial. Hace falta mucha imaginación y saber plasmarla con sentido para que te quede un relato tan redondo. Sorprende el final, pero quiero resaltar la gran labor que has hecho con los diálogos, además por supuesto de una original trama que queda resuelta de manera brillante. Una pasada, compañero. Un abrazo y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarBueno, José, ¿qué puedo decir después de tu comentario? Me has sacado los colores. Me alegra que resaltes la redondez, valoro mucho eso en los relatos, y la originalidad, en este sentido me costó dar con alguna idea.
EliminarMuchas gracias de nuevo por tu gratificante comentario y un abrazo.
Wowww Jose, que bueno lo que
ResponderEliminarescribiste,tienes buenísima
imaginación, un placer visitarte.
Besitos dulces
Siby
Hola, Siby, muchísimas gracias por la visita y comentario. Me alegra mucho que te haya gustado tanto.
EliminarUn abrazo.