Pàgines

Juego, set y... ¡aguacate!




Urgencias. Diez de la mañana. El doctor observa mi mano sorprendido.

    —¿Cómo se hizo este estropicio?
    Tres dedos medio cercenados, el corte empieza por la mitad y recorre parte de la palma.
    —Accidente de aguacate —digo.
    Él ríe sin levantar la vista.
    —Esas frutas las carga el diablo. ¿Qué utilizó? ¿Una radial de cocina?
    Mi mujer, a su lado, suspira.
    —Ya le dije que esos cuchillos nos traerían un disgusto.
    Tiene razón; me los vendieron como pequeñas armas domésticas. El médico, sin embargo, la tranquiliza; hemos hecho bien en presionar la herida para que la carne colgante comenzara a soldar. Ahora puntos y una larga recuperación. O lo que es lo mismo: juego, set y campeonato. Un Grand Slam, además. Quién lo diría hace unos meses.
    Todo empezó cuando perdí el trabajo y me convertí en amo de casa. Al principio no fue tan terrible. Llevaba a los niños al cole y luego holgazaneaba hasta la hora de la cervecita en el bar de abajo. Allí me reunía con mis colegas de profesión hasta la hora de comer. Entonces, salíamos pintando a casa a medio adecentarla para cuando volvieran las parientas. Además, no hacía ni la comida; soy un inútil en la cocina.
    La vida era pura felicidad, hasta que un día llegué de la cervecita tarde y bastante doblado. Eso fue demasiado para mi mujer y me castigó: primero hacer mis tareas con esmero, y luego una comida decente. El bar ni olerlo. Sin embargo, nunca dejó de protestar:
    —¿Qué hace esa botella ahí? —comentaba a veces.
    —El balcón también se barre. —Eso lo decía mucho.
    —Si vas a tender así la ropa más vale que aprendas a planchar. —Esto otro constantemente.
    Era desesperante. Pasaba el día fregando, recogiendo juguetes, quitando polvo... Incluso remetía la ropa de la cama, algo que nunca he entendido su porqué. Pero ella solo se fijaba en minucias sin hacer. Entendí que no se trataba de un castigo: iba de venganza, porque la convivencia no es soportarse, es conspiración.
    Y yo tenía que defenderme.
    Primero traté de realizar mis tareas de la manera más eficiente, y cuando ella bajó la guardia le asesté el golpe. Fue en vísperas de un evento importante. Una boda. Se metió al baño para acicalarse y, de pronto, gritó.
    —¿Cariño? —entré corriendo al baño, delantal y guantes de fregaza incluidos.
    Ella, con un bote de laca que previamente yo había vaciado, me miraba angustiada.
    —Se ha terminado.
    —¿Y?
    —¿No lo entiendes? Sin esto mi pelo parecerá un manojo de habas.
    Sonreí, abrí el armario y saqué un nuevo tubo de laca que previamente había comprado.
    Así comenzó mi estrategia. Cada vez que ella me lanzaba un reproche respondía vaciándole sus champús, o cambiándoles las llaves de bolso, o desparejando los pendientes... y cuando ella se desesperaba yo aparecía con la solución. La partida de tenis que es nuestra relación fue nivelándose. Aun así, todavía faltaba la guinda; porque no se trata de venganza, sino de llevar la razón.
    Un día escondí la leche y esperé a que terminara la de la nevera.
    —Cariño, ¿abriste tú este brik?
    —Sí, ayer.
    —Pues era el último, y el que abre el último debe avisar.
    —¿Cómo? —exclamó al tiempo que fue al armario para corroborarlo—. Había más, ¡lo juro! —Estaba desorientada
    —Bueno, últimamente andas un poco despistada, ¿estarás atenta?
    Ella asintió y... ¡se disculpó! Fue sublime. Porque tampoco se trata de llevar razón, sino de ver a un ser tan poderoso como mi mujer bajo el yugo del perdón.
    La victoria estaba cerca, pero surgió un imprevisto.
    —Cariño —dijo un día, bote de laca en la mano—. No habrás comprado otro, ¿verdad? Se ha acabado.
    Fue devastador. Y es que, aunque lo dijera con dulzura, vi un pequeño brillo en su mirada, el mismo que lucía cuando mandaba en el marcador. Urgía otro estrategia, una que no precisara mantenimiento.
    Podría orquestar una infidelidad. Nada serio, solo varios coqueteos vía mensajitos para sacarle los colores. Pero necesitaría alguien de confianza y los únicos con que podría contar eran mis compañeros del bar. Y con cuarenta y tantos y atravesando ese estado viril donde, sexualmente, somos invisibles para cualquier mujer eso era impensable. Entonces, en la ferretería del barrio, los vi: cuchillos de cocina. Entré y pregunté si estaban afilados.
    —Son como pequeñas armas domésticas.
    Al día siguiente, me propuse llevarle el desayuno a la cama. Zumos, café, tostadas con aguacate a rodajas y de ahí... a urgencias. Sin embargo, salió perfecto. Desde entonces, mi mujer me trata como un rey; no quiere que haga nada, o lo que es lo mismo: juego, set y campeonato.
    —Estás loco —dice uno de mis colegas en el bar.
    —Sí; autolesionarte para hacer el perro...
    Yo río, me reclino y disfruto de las rentas de mi recién triunfo. Ellos apuran la birra y se marchan corriendo a casa a adecentarla antes de que regresen sus congéneres. Después, un joven camarero comienza a recoger la mesa. Es alto, pelo largo y mirada rebelde.
    —Oye, Parra, ¿quién es el guaperas?
    Parra, el dueño del bar, se gira y lo observa con desdén.
    —¿Ese? Mi ahijado. No tiene dónde caerse muerto y me lo han endosado.
    —Y dime, ¿es de confianza?
    Él arruga las cejas.
    —¿Qué mierda de pregunta es esa?
    —Ya sabes... —apuro mi copa y hago señas para que la rellene—, por empezar a preparar el próximo Grand Slam...

 



Imagen tomada de internet, si está sujeta a derechos que se me avise y la retiraré.

76 comentarios:

  1. Gracias, Pepe, por participar con este relato en la XXV Edición del concurso de relatos dedicada a Tom Sharpe y su novela Wilt. Un abrazo y suerte!!

    ResponderEliminar
  2. Hola, Pepe. Menudo pájaro el protagonista de tu relato, le hablas de generosidad y le da un soponcio. Y lo de autolesionarse para no dar ni golpe no es un hecho aislado, aquí con la picaresca existente es una argucia bien documentada 😂
    Saludos y suerte 🖐

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, pues no sabía que era algo basado en hechos reales, pero no me extraña, aunque el sino es acabar lleno de muñones.
      Muchas gracias por pasar, me alegro que te gustara.
      Un abrazo

      Eliminar
  3. Ja,ja,ja, qué imaginación tienes y con qué gracia has narrado esta historia de rivalidades domésticas. Lo de accidentarse para recibir atenciones y mimos por parte de la parienta ya me parece un poco excesivo, así que lo que planea como siguiente paso se me antoja que acabará mal.
    Tienes la gran virtud de hacernos visualizar tus historias y todo gracias a esos diálogos tan naturales. Me lo has hecho pasar muy bien.
    Un abrazo, Pepe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, Josep, me alegra mucho tu comentario. Le di muchas vueltas, es más, tenía otro relato en reserva, pero me decanté por este y, como te he dicho, me alegra que te gustara. ¿El final? Yo también creo que acabará mal,XD.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. La metáfora de la partida de tenis para definir la relación de esta singular pareja me parece una idea brillante y que sirve de bisagra para estructurar las distintas vicisitudes por las que atraviesan ambos protagonistas.
    Buena introducción con el hilarante accidente de aguacate y los pérfidos cuchillos, preparando al lector para dejarse atrapar por una intriga constante.
    Como suele ocurrir en tu estilo narrativo, haces que los diálogos enriquecidos por los incisos tan ocurrentes y visuales, logren la naturalidad y coherencia necesarias, para que la acción transcurra vertiginosamente sin levantar la vista del texto.
    Me parece muy meritorio la caracterización de los personajes, él de amo y señor de la casa, todo un granuja que de momento va ganando todos los puntos del juego y ella la gobernanta y trabajadora responsable, que de momento se va tragando las bolas que él le lanza con donaire (je, je, je...), pero que de continuar el relato, el Gran Slam seguramente terminaría en agua de borrajas.
    Un gran, grandísimo divertimento, estimado Pepe, que no tiene precio y me ha divertido de lo lindo. ¡Enhorabuena!
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi querida Estrella, tus comentarios son fuente de alegría y motivación. Estupendo tú análisis, lo que más me gusta es que has acertado en todo, o que he sabido mostrártelo de la manera más o menos clara. Una partida donde cada uno va lanzando bolas que parece acabar del lado del canallita pero que a la larga se le torcerán las cosas.
      Muchas gracias por pasar y un fuerte abrazo.

      Eliminar
  5. ¡Madre mía Pepe! ¡Fantástico! He flipado en colores, ja ja. Y el final es apoteósico. Lo he disfrutado tela. Besos :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaj, me alegra que te haya gustado tanto, Margarita, de eso se trata.
      Un abrazo!

      Eliminar
  6. Pepe muy divertido el relato, el ganado por goleadas y ella perdiendo en cada saque. Me he reído mucho. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues de eso se trata, de reírse y pasar un buen ratico.
      Un abrazo, Mamen.

      Eliminar
  7. Hola Pepe, muy buen relato, con sus toques de humor y bueno el protagonista resulta todo un personaje ¿eh?, planeando siempre para ganar la partida. ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, ella llevando las riendas de la casa y él pensando siempre en hacer lo mínimo, jaja, me alegra que te haya gustado.

      Eliminar
  8. Me ha encantado, Pepe, esta historia de rencores y venganzas y, como dice Estrella, la metáfora del partido de tenis es acertadísima. Un relato muy ingenioso, muy divertido y muy bien escrito. Felicidades y mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marta, no sabes lo que me alegran tus palabras, dichas por ti cobran una dimensión especial.
      Me alegro que te gustara.
      Un abrazo!

      Eliminar
  9. Hola Pepe
    menudo elemento tu personaje!!
    He pasado un buen rato con las peripecias del hombre, le costaría menos hacer las cosas bien, o por lo menos no tendría que darle tanto al tarro!!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esto es como perder más tiempo en hacerse las chuletas que en estudiar el examen, pero se trata de salirse con la suya, ¿No? Jaja, aunque haciendo las cosas bien se ahorraría quebraderos y lesiones.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Creo Pepe que mi personaje tiene mucho que aprender del tuyo,... jajaja quizás sea porqué el tenis es un deporte individual y uno tiene que estar atento al revés del contrincante ;-)
    Me ha encantado, un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso de depender de uno mismo siempre tiene sus ventajas, norte, aunque el futuro de mi personaje es o más negro que el tuyo o sin extremidades que cercenar. XD.
      Un abrazo y muchas gracias por pasar y comentar.

      Eliminar
  11. Muy buen relato, Pepe. Menudo personaje más maquiavélico te has sacado de la manga. Pícaro donde los haya. Los diálogos me han encantado. El final haciendo indagaciones para la siguiente jugarreta hace que nos vuele la imaginación. Me ha resultado muy divertido el relato de principio a fin. Y me ha gustado mucho.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, pícaro pero porque su mujer aún no sabe a qué están jugando, jajaj. Me gusta eso de que te haya despertado la imaginación. Muchas gracias, Carles, por tan amables palabras.
      Un abrazo!

      Eliminar
  12. Me ha encantado el relato. Muy bien hilvanado y divertidísimo. Seguro que la suerte te acompañará en el concurso.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La suerte es contar con unos lectores tan agradecidos! Me alegra mucho que te gustara, Macondo.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  13. Hola Pepe,
    Me gusta cómo has construido el relato en torno a un partido de tenis. La narración ágil y fluida y me encanta el modo en atas y vas cerrando capítulos: la convivencia no es soportarse, es conspiración; no se trata de venganza sino de llevar la razón....una forma eficaz de que el protagonista vaya creciendo en ingenio y se vaya saliendo con la suya.
    Me ha encantado. ¡Mucha suerte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola,Matilde, pues me alegra mucho que te haya gustado, cona convivencia, los reproches y laa contestaciones llegan a convertirse en meros lances de la inercia, al final se asemeja a esa partida de tenis donde uno golpea y el otro responde hasta que alguien se marcha enfurruñao y la tira fuera, jajaja.
      Un placer verte por aquí.
      Un abrazo!

      Eliminar
  14. muy divertido. El plan salió redondo: hacerse el inútil y un poco el tonto, suele dar resultados, al fin y al cabo hasta la más fiera de las lobas se vuelve tierna al ver a su lobo favorito sufriendo. jajaja.
    Me ha encantado. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Berta, jajaj, ni que lo digas, pero hacerte el tonto puede llevar a que al final, de tanto hacértelo, te lo creas.
      Muchas gracias por pasar y un abrazo!

      Eliminar
  15. Hola, Pepe. Un simil el del tenis (que sin que venga a cuento yo practico varios días a la semana) bien traído para llevar el relato sin despistes con buen humor y haciendo buena esta frase que comentas: "la convivencia no es soportarse, es conspiración." Me ha parecido genial. Esto de lesionarse parece un método efectivo pero muy bestia y nada extraño aunque quizás no en el ambiente doméstico. Sé de auténticas salvajadas en el ámbito laboral.
    Encuentro un punto de coincidencia entre tu parado y el de mi relato al menos en lo de tomárselo en plan pachorra.
    Un relato que no sé si podré puntuar, no por falta de ganas, sino por un comentario que me ha hecho Tara.
    De paso te comento que mi relato para Café será un apaño de este cun un final diferente. Lo digo por si lo lees. O sea, me plagio a mí mismo.
    Bueno, ha sido un placer leerte, como siempre. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Isan! ¿Juegas al tenis? Yo soy más de pádel, pero por la cuestión del físico, que si no no aguantaría ni 5 minutos. Vengo de tu relato, ahora te dejaré mi impresión, pero tienes razón, se parecen en el pobre tonto sin trabajo, aunque el tuyo es de dos rombos jajaj.
      Muchas gracias por pasar, y como le dije a Chema, lo que más me gusta es poder contar con unos lectores tan amables y agradecidos, lo puntuable es secundario.
      Un abrazo y ahora nos volvemos a leer.
      Pd: aún ni me he puesto con el reto de CL; este mes me ha pillao el toro. XD.

      Eliminar
  16. Hola, Pepe.
    Una jugada maestra, vaya que sí, ja, ja, ja Qué bueno.
    Al principio me decía, que la vuelve loca, pobre mujer, va a terminar desequilibrada, pero todo era un plan urdido milímetro a milímetro, y del que ha salido sin ninguna duda victorioso, :) Y ese final abierto, genial, qué le deparará el futuro con tal de librarse de las tareas. Se le ve capaz de todo a este jeta.
    Mucha suerte.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se le ve un futuro lisiado y teniendo que mantener al amante de su mujer, XD.
      Muchas gracias por pasar Irene, y otro abrazo.

      Eliminar
  17. Hola, Pepe. Me ha gustado mucho cómo has planteado tu historia, como una alegoría inspirada en el deporte del tenis. Es francamente divertida, destacando esos diálogos tan frescos e ingeniosos. Gracias por haberme hecho pasar tan buen rato. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las alegrías deportivas son fantásticas para hacer entender algo, sobre todo el fútbol.
      Me alegra que hayas pasado un buen rato, de eso se trata.
      Un abrazo.

      Eliminar
  18. Vaya elemento está hecho este personaje tuyo, con tal de no dar palo al agua es capaz de automutilarse. Más le valdría ponerse las pilas, porque con tanta tontería de querer ganar los torneos imaginarios en su relación de pareja va a terminar sodomizado como se descuide.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ves, Francisco, este no tenía ni para contratar un psicólogo como tu protagonista de tu historia, pero aun así nos lo pasamos bien elaborando las travesuras.
      Muchas gracias por pasar y otro abrazo.

      Eliminar
  19. Menudo pillín tu protagonista se autolesiona para no hacer las tareas del hogar, es un estrategia que le salió bien, su mente es maquiavélica a saber con ese final abierto que estará maquinando je je je .
    Muy bueno tu relato y con humor que es algo que siempre viene bien.
    Un abrazo Pepe
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues el final de esta historia no tiene buena pinta, a no ser que se aplique un poco en tareas, XD, aunque me da a mí que no.
      Un abrazo, Puri, y muchas gracias por pasar.

      Eliminar
  20. Hay que procurar que las parejas de los componentes de Tintero no lean tu historia, a ver si les das ideas y de golpe van a terminar todos lisiados. ¡Vaya treta-truco!
    Pues ella va a tener que bajar su nivel de exigencias y él ponerse las pilas.
    Ágil y divertido. Los diálogos los escribes con tanta naturalidad, que no los leo, los escucho.

    Pepe… ¿despajando los pendientes? O sea, liberándolos de polvo y paja ¿no? 😊

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Despajar es lo que tengo que hacer yo con mi neurona, Isabel, XD, y es que quise poner "desparejar", aunque esa palabreja me gusta, creo que me la quedo para futuros trabajos.
      Muchas gracias por pasar y comentar aun estando en la barrera como tú dices.
      Un abrazo!

      Eliminar
  21. Que pareja tan peculiar. Es lo que yo llamo parejas tóxicas, que cumplen el dicho “hasta que la muerte los separe” jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, ni que lo digas, Raquel.
      Muchas gracias por pasar y un fuerte abrazo!

      Eliminar
  22. Hola Pepe, vaya prenda "el jugador de Tenis" un gran estratega, termina dando pena la mujer en manos de sus diabólicas estrategias, un buen relato sobre ese pulso siempre presente en una pareja que convive, con situaciones muy divertidas, me ha gustado mucho¡¡ Saludos, y suerte Pepe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mik Way, me alegra que te gustara, sobre todo esas "manos diabólicas", me divertí en ese aspecto, quizá me resarcí de algunas vivencias de manera virtual, jeje.
      Un abrazo!

      Eliminar
  23. Vaya Pepe. Qué retorcidos podemos a llegar a ser los humanos para ganar el campeonato. Yo espero que realmente le resulte bien el negocio porque como la jefa se huela los entresijos de su marido, no va a haber ciudad para correr.
    Un saludo y mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, ganar es ganar, pero también mola el proceso, la competición misma, a mi me gusta más, se disfruta, aunque se juegue la vida, como dices, jaja.
      Muchas gracias por pasar, me alegra mucho que te gustara.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  24. Qué buen relato, Pepe. Se disfruta de principio a fin, con esas picardías y travesuras que el protagonista nos deleita. Me encanta y realmente me lo he pasado muy bien leyéndolo. Ja,ja,ja, algunos nos tenemos que conformar con nuestro tennis nivel amateur. Qué tipo más listo... qué envidia. Grandísimo y bueno tu relato, un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, RR, te agradezco mucho tus palabras, y me alegra que disfrutaras leyéndolo, para mí ya es suficiente premio. Por cierto, no me creo que tu tenis sea amateur, jaja.
      Un abrazo!

      Eliminar
  25. Una buena estrategia ayuda a ganar las partidas, y tu protagonista es avispado en buscar recursos retorcidos para salir victorioso. Lo del aguacate es un puntazo, Pepe. Reto superado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Carmen, pues lo del aguacate es un peligro, es cierto que esas frutas las cargue el diablo.
      Un abrazo!

      Eliminar
  26. Hola Pepe me a encantado tu relato,
    desde el inicio, que buen personaje
    el que creaste,me agrado mucho disfrutar
    de tus letras.

    Besitos dulces

    Siby

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra mucho que te gustara, Siby, un placer verte por aquí.
      Un abrazo.

      Eliminar
  27. Me ha gustado mucho, tienes mis votos... ¿cuántos? depende de las artimañas literarias de otros, pero este set le has ganado... Muy bueno!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues te agradezco mucho el comentario, Riol, sobre todo que te haya gustado tanto como para darme el primer set, jajaj.
      Un abrazo y muchas gracias por pasar.

      Eliminar
  28. Hola Pepe, muy divertido, lo que hay que ver, todo por no llevar adelante las faenas de la casa, aunque la parienta es una inspectora de aquí se las trae, pero de ahí a mutilarseeee, qué bárbaro lo que se llega a hacer por amooooor. Un abrazo amigo y feliz noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Eme, amiga y compañera, pues para que veas hasta donde llega la holgazanería humana, si es que, cuando nos lo proponemos, los hombres podemos ser ingeniosos, jaja.
      Un abrazo!

      Eliminar
  29. ¡Uy! Qué peligro tiene, con tres dedos cercenados y ahora… Es la partida de tenis de dos veteranos más surrealista que he presenciado en mi vida. Claro, que no se trata de ganar, porque él de momento ha salido vencedor, se trata de humillar al contrincante.
    Mira que el protagonista me ha caído de cine y he llegado a odiar a esa mujer tiquismiquis, desesperante. Con cuarenta y tantos los hombres están estupendos, ese es el único punto en el que no estoy de acuerdo con él, pero como está tan de bajón, no me extraña. Ahora comienza a preparar el Grand Slam jugando en un terreno movedizo y ahí, ¿qué puede pasar? Yo quiero que gane él, pero ella es muy lista. Me dejas con las ganas.
    Un gran relato que me ha tenido atrapada hasta el final.
    En Urgía otro estrategia Ese otro/otra
    ¡Felicidades y suerte en el Tintero!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, Pilar, siempre se me escapa algo. Muchas gracias.

      Pues mira que tanto tú y Eme sois de las pocas que han estado de lado del hombre. Y eso que, como dices, tiene las de perder, primero casi pierde una mano, y en el siguiente Grand Slam puede que le salga el tiro por los cuernos, XD.
      Muchas gracias por pasar, Pilar, y por dejar tan amable comentario. Me alegra que tuvieras una lectura agradable.
      Un abrazo y mucha suerte también!

      Eliminar
  30. Hola, Pepe. Me ha gustado mucho tu relato de vaivén de situaciones. Aunque creo que la mujer poco a poco se irá dando cuenta de lo que ocurre, primero que la leche ella sabía que había, después la laca... que se invente otra cosa tu personaje antes de seguir autolesionándose porque si no, como dice por ahí arriba en otro comentario, se quedará sin extremidades.
    Me has sacado más de una sonrisa con sus ocurrencias.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Carla, pues sí, la cosa pinta o que se queda lleno de muñones o que su mujer se va con otro, como se suele decir, no es cómo se empieza sino cómo acaba, aunque de momento vaya ganando.
      Un abrazo, me alegro mucho que te gustara.

      Eliminar
  31. Al principio pensé que no tiene nada de malo ser hombre amo de casa, que estamos en el siglo XXI.
    Pero resulta que este señor no hace nada en la casa, pobre su esposa.
    El trabajo de la casa es de los más pesados, en realidad, así que se entiende todo el plan que ha armado para evitarlo.
    Buen relato, suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ni tiene nada de malo y si se aplicara tanto a hacer las cosas bien en vez de maquinar acabaría antes, pero, como dices, ese trabajo es de los más pesados, sí.
      Una abrazo y muchas gracias por pasar. Me alegra que te gustara.

      Eliminar
  32. Hola. Me ha encantado esto de "porque la convivencia no es soportarse, es conspiración", ahora lo entiendo todo. En fin, que eso de trabajar en casa es pesado, infinito y poco recompensado. Solo el que lo hace sabe lo que es. Y hay muchos de esos que se hacen los inútiles o los enfermos para no hacerlo. En fin, ha sido un buen relato y te deseo mucha suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, MJ, muchas gracias pot pasar y comentar. Me alegra que te gustara esa frase, es el quit del relato.
      Un abrazo y suerte para ti también.

      Eliminar
  33. No hay género que se te resista, Pepe. Ocurrente desde el título hasta el punto final. Como siempre con diálogos sobresalientes, consigues que él lector disfrute de este tremendo relato. Desde luego, tu protagonista se adjudica el juego, el set y el campeonato. ¡Menudo pájaro!. Un placer leerte. Un abrazo y suerte en el Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, José, esas palabras dichas por ti adquieren una dimensión inmensa. Me alegra mucho que te gustara, y que pasaras un buen rato. Sí, el cabroncete se adjudicó el tanto, pero lo suyo le costó.
      Un abrazo y suerte para ti también.

      Eliminar
  34. Muy bueno, pepe. Aunque hay que tener valor para tomar una decisión de ese calado y... corte. Solo de pensarlo se me eriza el vello. Soy de las que en el cine cierra los ojos cuando hay un arma blanca o una aguja por medio. vamos que yo utilizaría cualquier estrategia menos la del aguacate.
    Un relato muy bueno. Mucha suerte en el concurso.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que solo de pensarlo me da dentera. A mí me pasó algo parecido, aunque fue un accidente me hizo más daño la visión del corte que el propio corte.
      Muchas gracias por pasar y un Fuerte abrazo.

      Eliminar
  35. Respuestas
    1. Muchas gracias, y sé bienvenida a mis laree.
      Un abrazo.

      Eliminar
  36. Felicidades, Pepe. Ahí has estado, tocando podio. Te ha faltado mi apoyo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Isan! Pues muchas gracias por la felicitación y el apoyo. La verdad que esta edición estuvo cargada de ingenio y muy buenos trabajos, así que ese cuarto puesto me ha alegrado mucho.
      Por cierto, si pudieras haber puntuado mi relato se habría quedado a las puertas igualmente, porque tendría que haber dejado sitio al tuyo que sí que era de podio.
      Un abrazo y nos leemos!

      Eliminar
  37. Hola, Pepe! Felicitaciones! Una verdadera joyita de venganza y picardía.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Mirna, por pasar. Me alegra que te haya gustado.
      Un abrazo.

      Eliminar
  38. Hola!!!! jejeje que buen relato ;) en mi país al aguacate le decimos palta, todavía no la probé, pero ahora con este relato me da un poquito de miedo XD muy bueno, mis felicitaciones :D me encanto leerte, así que me quedo por tu blog como tu nueva seguidora para seguir leyéndote, si gustas visitarme mi blog es http://plegariasenlanoche.blogspot.com/

    Un saludo enorme desde Plegarias en la Noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Tiffany, pues sé bienvenida a mis lares. Me alegra que te haya gustado, y claro, ahora me paso a verte.
      Un abrazo!

      Eliminar